Explorando el mundo de la Bibliografía parte III: El libro, el autor, el lector y el Acceso Abierto


En la entrada anterior, se habló sobre personajes e institutos que apoyaron al desarrollo de herramientas y principios que con el tiempo se convirtieron en una serie de cimientos fundamentales para el desarrollo de la bibliografía y que permitió su crecimiento (el principio es el mismo, pero las herramientas y las formas de representación resultan distintas). En esta entrada se habla sobre tres elementos: libro, autor y lector, además de desarrollar un poco el movimiento de Acceso Abierto que ahora se está convirtiendo en un motor para varias iniciativas que permiten (y redefinen) el acceso a la información.
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Un acercamiento al libro como objeto

Para comenzar se hablará sobre el libro se define como tal mientras tenga más de cincuenta páginas, un lomo y un contenido escrito (la descripción más general posible). Este elemento es el origen de muchos estados, hábitos, debates, trabajos y cambios increíbles registrados en la historia de la humanidad. Forma parte de la construcción nuestra cultura y de nuestra sociedad.
Cumple con un propósito loable que es el de conservar la memoria y las historias que pertenecen a generaciones pasadas, representan nuestro presente y transmiten a generaciones futuras. Es un objeto de deseo e incluso de temor para algunas personas (la bibliofilia y la bibliofobia). 
 
El libro es un objeto que ha marcado etapas históricas del hombre. Ha sido destruido por temor o con el afán de tener poder sobre los demás. Ha sido alabado y exaltado como un objeto único para clases altas y privilegiadas y aún en el siglo XXI un libro resulta importante no sólo por su contenido, sino por su manufactura y la industria (o artista) que lo produjo y es un recurso que adquiere un valor y dicho valor es importante para los amantes de libros.
Aquí se responderán tres preguntas ¿cómo es la relación entre el libro y la bibliografía? ¿cuál es esa relación? ¿cuál es la diferencia entre una descripción bibliográfica y una catalogación? Ésta se concentra en el análisis que se realiza para la bibliografía, ya que no sólo analiza al ítem, también analiza el entorno, las características especiales, el contexto, su uso y su ubicación. Es un registro de su historia, de lo que este ítem vivió y el valor que fue adquiriendo a lo largo del tiempo. La bibliografía es consultada y utilizada como referencia para el usuario/lector, mientras que el catálogo, es un registro del ítem dentro de un recinto bibliotecario y/o repositorio, que describe el título, datos de publicación, ubicación dentro del recinto y autores que colaboraron en su creación. La profundidad de análisis entre la catalogación y la bibliografía se complementan y aunque cumplen usos y fines distintos, ambos son necesarios.
 
Ahora estos análisis y registros proveen al libro un valor que llega a superar la idea que originalmente se quiere transmitir al público, esto se debe a que dichos análisis se enriquecen con el paso del tiempo y el uso del libro en cuestión, se le otorga estatus e importancia debido al valor agregado que adquiere dicho objeto. Sólo basta que el libro tenga una característica especial (ésto debe ser valorado por un experto) que posea el objeto y se puede considerar como un libro único y en un material difícilmente se podrá poseer y/o conocer. Por esto muchos bibliógrafos (y bibliófilos) han llegado a cometer delitos por obtener o poseer un libro u obra en específico. 
 
Es importante recalcar que el libro es relevante dentro de la situación social que tiene un individuo o colectivo. En sí existe una relación dominante en cuanto a la posesión de un objeto y el excesivo deseo por querer tener algo que nadie más posee, lo que deriva en actitudes egoístas y obsesivas. Así que una edición distinta, un comentario y/o una firma vuelven a una publicación un objeto único y valioso.
 
A veces estos valores son difíciles de definir, ya que se requiere de un análisis exhaustivo para reconocer el valor de estas características especiales que agregan valor al objeto e incluso aplicación de técnicas y métodos para verificar si es auténtico o no (documentoscopia y grafoscopia). Entonces estos estudios realizados a profundidad para asegurar el valor de dicho objeto y no desperdiciar una inversión que puede ser bastante cara para nuestro bienestar económico. 
 
Para concluir la participación de este elemento cabe destacar que el valor agregado del libro se puede apreciar desde el punto de vista material por lo que el valor de las ideas y el mensaje no está totalmente apreciado. En este punto entran los elementos de autor y lector.

Del autor al lector y viceversa

La función del autor ha evolucionado a lo largo de los años. En la antigüedad, el autor no era tan relevante, sólo el título del libro, además hay que recordar que la cultura oral era más fuerte que la escrita. Sin embargo, Chartier comienza a relatarnos las funciones del autor. 
 
“La primera, que muy a menudo ha sido la única en retener la atención de los comentadores, relaciona la función-autor con ese momento en que «se ha instaurado un régimen de propiedad para los textos, cuando se han sancionado estrictas leyes sobre los derechos de autor, las relaciones autores-editores, los derechos de reproducción, etc. —es decir, a fines del siglo XVIII y a comienzos del siglo XIX—». 
Esta fuerte relación que articula la individualidad del autor y la inscripción de la actividad de la escritura y de edición en el régimen de la apropiación privada no es, sin embargo, fundadora de la función-autor. Esta es más antigua y hunde sus raíces en otras determinaciones: 
 
«Hay que señalar que esta propiedad ha sido históricamente segunda respecto de lo que se podría llamar la apropiación penal. Los textos, los libros, los discursos han comenzado a tener realmente autores distintos respecto de los personajes míticos o de las grandes figuras sacralizadas y sacralizantes, en la medida en que el autor podía ser castigado, es decir en la medida en que los discursos podían ser transgresores».
Mientras que Foucault no propone ninguna datación para esta «apropiación penal» que vincula la función-autor, ya no a las convenciones jurídicas que regulan las relaciones entre los individuos privados, «sino al ejercicio del poder por parte de una autoridad que tiene el derecho de censurar, de juzgar y de castigar.” (Chartier,  1994. P. 1)
 
Con todo lo anterior se observa que las figuras de autor y lector han cambiado constantemente a través del soporte, la cultura o la época en la que se rodea. Sin embargo estos cambios funcionan de acuerdo al entorno e impactan en la estructura social e incluso de consumo. Un ejemplo de esto se puede encontrar en la revolución industrial una época en que la información a la cual se tenía acceso estaba enfocada en dar capacitación para el uso de máquinas y de la tecnología que fue parte fundamental de esa época. Por otro lado durante el Renacimiento el acceso a la información se enfocaba más hacia estructuras ideológicas y humanistas que en comparación de nuestra actualidad el consumo de información radica en los best-sellers, en el acceso a la información de forma inmediata que además sea importante y válida. Estos cambios impactan en la difusión, acceso y sobre todo en el uso de la información que se produce, por lo que a partir de este punto nos enfocaremos en el acceso de información en la actualidad. 

Un acercamiento al Acceso Abierto (Open Access)

Debido a este consumo de información, es necesario el tener en claro los derechos y la importancia que tiene el autor al crear y publicar sus ideas y conocimientos. Esto se establece con base al mismo sistema de consumo de información de las empresas encargadas del manejo y circulación de la misma.
Por lo que estas obras requieren de mucho trabajo e intervenciones aumentan su precio y por lo tanto algunas obras se vuelven imposibles de adquirir pues rebasan nuestros ingresos económicos y aún así la mayoría de las ganancias no van a los autores sino a los responsables de su distribución (como las editoriales o los consorcios y grupos que se encargaron de realizar el objeto y no el contenido) lo que resulta terrible para el creador original.
 
Sin embargo existen alternativas que permiten que esta información circule libre, crezca y aún reconozca al autor en su creación, sin tener que recibir a cambio una mercancía. Un ejemplo de estos proyectos es el movimiento de Acceso Abierto (Open Access) que permiten la circulación y distribución de información científica con reconocimiento al creador y que permite agregar más información para que este producto crezca y se distribuya de una forma más accesible. Este movimiento re-define el acceso, la publicación, la búsqueda y recuperación de la información, gracias a los principios en los que está fundamentado, además de modificar la forma y las herramientas que hasta ahora se han utilizado,  logrando con esto una increíble cadena de cambios dentro de las profesiones de la información, e incluso fuera de ellas.
Otras alternativas son la creación de licencias de uso como Science Commons y Creative Commons que ayudan a la circulación y reutilización de la información y al enriquecimiento de ésta. Además, este movimiento es relevante para la bibliografía ya que con base en varios argumentos presentados en la «Declaración de Budapest» se necesita un excelente sistema para mantener un control sobre todas las publicaciones que se difunden bajo las condiciones de este movimiento y facilita el acceso a ella.

Conclusiones

La bibliografía es una disciplina que se aborda desde distintas perspectivas por lo que, a la hora de unirla con el entorno dónde se desenvuelve (mundo de la información) resulta ser una de las más importantes e interesantes del mundo de la información. Cabe destacar la cercanía que tiene con la disciplina bibliotecológica e incluso la necesidad de formar a profesionales especializados con habilidades, actitudes e ideologías que permitan desarrollar ambas disciplinas y poder formar una relación sinérgica entre ambos.

El objetivo de esta entrada apoye a explicar la relación que existe entre la bibliografía y la bibliotecología así como también aclarar la perspectiva en cuanto a lo que se entiende por sistemas de búsqueda y recuperación de información; entender la importancia del papel del autor (a través de las licencias, derechos y el registro de las obras intelectuales), del lector y también de los sistemas (o recintos) que contienen información y que gracias a una serie de análisis y trabajo de investigación se puede enriquecer el conocimiento del individuo, la información que proporciona el soporte y al patrimonio intelectual de la humanidad. Lo que también permite abrir un camino a los bibliotecólogos para especializarse o apoyo a la formación relacionando ciertos aspectos que tienen ambas disciplinas lo que puede ser útil para el desarrollo de colecciones y en el estudio del vínculo usuario-información.

Espero que te sea útil esta entrada y gracias por leer a la Aprendiz de la Información. 

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