En 2013 la Organización Internacional del Trabajo establece que dentro de los siguientes 20 años en Estados Unidos 47% de los trabajos serán sustituidos por sistemas mecanizados o maquinarias. Rescatando esta información, El Universal publicó un artículo titulado » Diez profesiones en riesgo de desaparecer por robots» y consultó a Jaime Núñez presidente de una compañía que ofrece consultoría en asuntos laborales y mencionó algunas profesiones que son más vulnerables a desaparecer, entre ellas están los bibliotecarios. Esta afirmación, desencadenó en mí varias preguntas: ¿por qué vamos a necesitar profesionales bibliotecarios en el futuro? ¿qué cosas nuevas podemos ofrecer que el internet o los nuevos soportes de la información no ofrecen al usuario? ¿qué criterios consideró este especialista para destacar a los bibliotecarios como una profesión en peligro de extinción?
De por sí, no tenemos mucha presencia y buena imagen en la sociedad, ahora se nos considera «obsoletos» porque las nuevas tecnologías van a brindar servicios que nosotros ya ofrecemos. Este artículo causó variadas reacciones entre algunos colegas, por lo que sí tuvo cierto impacto. En lo personal, me produjo una ligera sonrisa mezclada con preocupación porque por este tipo de afirmaciones me doy cuenta que muchas personas no tienen idea de lo que realmente hacemos como profesionales de la información.
En el artículo menciona que distintos especialistas que afirman lo siguiente:
«en el campo de los recursos humanos afirman que el avance tecnológico tendrá en el futuro un impacto significativo en el mundo laboral.
Antes de las tecnologías de la información y comunicación
La bibliotecología tiene como objetivo ser la disciplina que se dedica a la organización, administración y estudio de la información para satisfacer las necesidades de información de una comunidad o usuarios. En la carrera siempre nos dicen que en nuestra disciplina, es fundamental el estudio del vínculo entre la información y el usuario. Curiosa misión, compleja e interesante,
Tenemos antecedentes profesionales Niníve, Pergámo, Ebla y Mesopotamia que contenían registros únicos con información de su población y datos administrativos. Incluso hasta el día de hoy las profesiones de la información se han desarrollado y evolucionado, aunque algunos digan que no es suficiente, otros pueden ver que sí hay diferencia en la formación y labor de un profesional de la información en países sub-desarrollados y de primer mundo. Respetando cada uno de los enfoques y puntos de vista, quiero decirles que la biblioteca y el profesional bibliotecario existe y contribuyen a la sociedad. El problema reside en el desconocimiento de lo que realmente hace un bibliotecario en su trabajo.
Lo que me lleva al siguiente punto, siempre ha existido la tecnología sólo que antes no estaba construida con base en circuitos o electricidad sino de piedras, tablas de arcilla, cuñas e instrumentos que facilitaron las tareas a las personas. Esa es la tecnología: herramientas que facilitan labores cotidianas en nuestra vida, pero no se maneja sola, hay personas atrás que las operan, programan y también las desarrollan.
Del Siglo XX al XXI: la revolución del acceso a la información
Con las tecnologías actuales llegaron cambios fuertes e importantes que no sólo buscaban facilitar el trabajo que se realizaba. Con el paso del tiempo las tecnologías se desarrollaban con la intención de imitar al ser humano y superarle en ciertas labores (como el cálculo de grandes cifras y operaciones matemáticas, entre otras).
Lo vemos en la historia con la creación de las líneas de ensamblaje, la imprenta, los medios de transporte, en fin, se desarrollaron muchos inventos que con el paso del tiempo le han quitado el trabajo a las personas (o animales) que antes desempeñaban esas tareas o ¿alguno de ustedes ha escuchado que tal va el confiable servicio de palomas mensajeras o el correo Pony Express?
El progreso llegó a tal grado que en la Segunda Guerra Mundial el que tenía mejor tecnología, era el que tenía la guerra a su favor. Pero hubo otro descubrimiento significativo en este período que toma relevancia en el S. XXI y es que el país con la información más precisa, clara y un buen sistema para distribuirla, era el que dominaba todo: la guerra e incluso el mundo.
La máquina «Enigma» desarrollada por Alemania (a expensas de otros , con la creación de una máquina compleja que nombraron ; después, Inglaterra, que empezó a llevar la delantera al descifrar el código y los medios para transmitir la información que necesitaban las tropas. ¿Cómo lo lograron? Creando una máquina para pelear contra otra máquina.
Ahora vemos como se reproduce esta pelea, en el ámbito comercial. Empresas de tecnología diseñan, producen y actualizan constantemente sus dispositivos y sus software. El internet y la web también evolucionan, antes el internet no tenía tanta capacidad para poder transmitir la gran cantidad de datos que ahora procesa, así como también la búsqueda, recuperación y vinculación de datos que conforma la web, no poseía una estructura que ahora resulta útil para todos nosotros. Las tecnologías se desarrollan, crecen y mejoran. Sin embargo, ¿su crecimiento conlleva a reemplazar profesiones? En este caso, el profesional bibliotecario es una de las profesiones que de acuerdo a Jaime Nuñez, estará en 10 o 20 años en una categoría de obsoleto. Sin embargo, detrás de esas máquinas hay personas. Frecuentemente olvidamos que las máquinas son herramientas y que detrás de éstas existen personas que programan a la máquina, de tal manera en que ésta vaya evolucionando y solucionando los problemas que le presenten (cómo es el ejemplo de la máquina Enigma, Turing y los «smartphones» que ahora se han vuelto indispensables).
El S. XXI, apenas está comenzando y notamos grandes cambios, grandes brechas, búsqueda de grandes soluciones. Y cómo tal, grandes cambios siempre atraen dudas y planteamientos de cómo proceder. Hablamos mucho sobre la epistemología, las raíces que nos fundamentan como disciplina, pero son muy pocos los profesionales que van tejiendo un futuro para la profesión. Implementamos las tecnologías a nuestra disciplina, pero falta mucho para que esta implementación sea útil y realmente tenga un impacto en las instituciones. Como tal, esto nos plantea dos cuestiones importantes, ¿permitir que las tecnologías nos absorban o transformarnos y convertirnos en una profesión indispensable para la sociedad? Y una vez solucionado esto, ¿de qué forma se va a llevar a cabo? ¿Seremos distribuidores y organizadores de información o mediadores de la construcción del conocimiento?
Para concluir quisiera retomar algo muy concreto, la tecnología siempre ha existido y también el bibliotecario. El hecho de que una máquina se pueda programar para imitar procesos cognitivos, reaccionar y actúe como si realmente pensara como un ser humano lo haría, no significa que tenga la capacidad para realizar todas las actividades que un profesional bibliotecario realiza.
La mayoría de éstas tareas y labores requieren de un criterio y capacidad de análisis y síntesis que son esenciales para el profesional bibliotecario. Por lo que las máquinas inteligentes, pueden ayudarnos a facilitar nuestras labores y volvernos más eficaces. Sin embargo, las herramientas son sólo eso, herramientas.
El ser un profesional de la información requiere capacidades que le dan un perfil único e indispensable y éste tipo de observaciones deben ser consideradas y reconocidas en el futuro con el objetivo de entender el rumbo que tienen nuestras profesiones.
Con esto me despido, muchas gracias por leer Aprendiz De la Información.
Referencias
Johnson, Peggy. Fundamentals of collection development and management. United States: ALA, 2009.
El Universal. Diez profesiones en riesgo de desaparecer por robots. Disponible en: http://www.eluniversal.com.mx/sociedad/2015/diez-profesiones-en-riesgo-de-desaparecer-por-robots-1071905.html (Consultado el 17/marzo/2015)
Oberzalek, Martin. Enigma – a very famous story of cryptology. Marzo 2000. Disponible en: http://www.mlb.co.jp/linux/science/genigma/enigma-referat/enigma-referat.html (Consultado el 17/marzo/2015)
Retomando tus preguntas «¿Seremos distribuidores y organizadores de información o mediadores de la construcción del conocimiento?» Considero que una máquina puede distribuir información, organizarla e incluso hacerlo más práctico que un humano (basta programarla y tener ingenieros dándole mantenimiento y actualización); pero a lo que le llamas «mediadores de la construcción del conocimiento», considero que sería una función que difícilmente pueda hacerlo una máquina . Te preguntaría algo: ¿Consideras que ser mediador en la construcción de conocimiento es una función del profesional en bibliotecología? ¿El bibliotecólogo tiene una función docente?. A mi parecer, si es función del bibliotecólogo y pareciera que los compañeros bibliotecarios solo ven la parte de procesos técnicos y poco de ser docentes en el ámbito en el que estemos. Gracias por escribir Aprendiz, te sigo.
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Agradezco profundamente tu comentario. Las funciones profesionales del bibliotecario son diversas y respondiendo a tu pregunta, sí considero que ser mediador en la construcción del conocimiento es una de éstas funciones. De hecho, antes de publicar esta entrada, tuve la fortuna de platicar el tema con unos compañeros. Uno de ellos, ya cursando la maestría, planteó la misma pregutna y al principio sólo supe contestarle que no, el conocimiento y la construcción de éste no debe ser relevante dentro de la formación del profesional.
Sin embargo, reflexionando esta pregunta y recordando ciertos aspectos que he defendido dentro de mi formación profesional (como la cuestión de formación ciudadana, los derechos humanos al acceso a la información pública y la toma de decisiones con base en información fidedigna y útil), mi postura se concretó y puedo sostener que el bibliotecólogo sí tiene aspectos y características que le permiten cumplir con una función docente, aunque considero que el término adecuado es instructor o formador, ya que ser docente requiere de una preparación mucho más completa y una vinculación más estrecha (el término lo dejo a tu consideración). Esto lo puede lograr, a través de cursos, tutoriales, guías, en fin, un sin fin de herramientas y métodos, los cuales permitan al usuario y a las comunidades el manejo, la aplicación y fomento de los conocimientos y actitudes para cumplir con sus obligaciones ciudadanas y humanas; así como también satisfacer sus necesidades de información y motivar la autoformación.
El profesional de la información a lo largo de su trayectoria profesional, desarrolla un criterio y un gran bagaje de conocimientos, técnicas y métodos que le permite determinar entre la información útil e inútil, entender como puede accederse a esta información y además, crea proyectos, métodos, herramientas para que se facilite a los demás a que realicen estos procesos que son díficiles de dominar. O al menos, eso es lo que se busca dentro de las escuelas de las disciplinas de la información.
Contestando a tu observación sobre el poco interés de ser docentes en el ámbito en el que se desarrollan, creo que puedo contestar con algo muy sencillo. Estoy realizando mi servicio social como Ayudante Académica con la Dra. Brenda Cabral, la cual en este semestre imparte la asignatura de Didáctica aplicada en Bibliotecología. Y realmente, se requiere de una formación distinta a la que se da en los primeros semestres. Se nos enseña a exponer, más no a enseñar o formar. Son muy pocas las asignaturas que se dedican a esta rama, como lo son Motivación (optativa humanística) y Formación de Usuarios a través de las TICS (también optativa humanística). Entonces, la falta de preparación, agregando a que son muy pocos compañeros los que tienen vocación en la carrera, dificulta un poco el que haya más profesionales que se dediquen a la formación, aunque sea un período de tiempo en su trayectoria profesional. Esperemos que en el futuro, las escuelas de bibliotecología, entiendan que este profesional requiere de más formadores, ya que, si no se enseña al usuario a hacer uso de lo que ofrecemos (ya sean recursos, instituciones, etc.) nuestra propia carrera terminara como una opción técnica y no esa disciplina que tanto se presume que es indispensable.
Espero haber contestado a tus preguntas, aunque te informo que no dejaré este tema así, sino que planteo investigar más a fondo sobre el perfil de «mediador para la construcción de conocimiento», que tanto se habla pero poco se investiga.
Muchas gracias por leer a la Aprendiz de la Información. Cordiales Saludos.
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