Los sistemas de clasificación: historia, ejemplos y aplicaciones

Hace algunas semanas hablé sobre los metadatos que son registros que ayudan a identificar y recuperar información de entornos digitales. Como tal estos archivos no tienen una ubicación fija y pueden saltar de un servidor a otro y de una unidad de información a otra en un parpadeo. Son códigos que no tienen una estructura tangible como un libro que está en la biblioteca.

Lo que nos lleva al tema de esta entrada: los sistemas de clasificación. De la misma forma en que los metadatos ayudan a la identificación y ubicación de archivos en un entorno digital, estos sistemas existen por dos razones:
  • Ayudan al usuario a identificar y localizar un material a través de una signatura topográfica.
  • Establecer un orden de todos los materiales bibliográficos que pertenecen a una clase o tema específico. 

Para realizar esta clasificación bibliográfica, además de conocer los diferentes sistemas que se desarrollaran más tarde, se necesita de un análisis de la obra, su catalogación y asignación del encabezamiento de materia, procesos que ya he tratado anteriormente en otras entradas. También se debe determinar la disciplina y/o área de conocimiento a la que pertenece, considerar enfoques del autor, su contexto geográfico y el formato en que se presenta, incluso idioma, período histórico, etc. Una vez que se terminan esta serie de procesos, se determina la ubicación específica que este material va a tener dentro de la biblioteca o centro de información. 


Estos procesos que brevemente se explicaron en el párrafo anterior, forman parte de los principios de organización documental que se empezaron a trabajar e implementar en los centros de información, con el fin de organizar todos los documentos que almacenan y ponen a disposición de una comunidad o comunidades de usuarios que tienen diferentes necesidades de información. 
Para poder solventar estas necesidades, además de crear principios de selección y organización documental, se empezó a trabajar en la sistematización de la información, con la creación de sistemas de clasificación, que resultaron ser herramientas para mantener un control y tener un buen mecanismo para la búsqueda, localización y recuperación de la información de un soporte tangible dentro de un centro. Algunos de estos sistemas de clasificación son básicos: alfabético, temático, geográfico, etc. Pero hay otros sistemas más específicos, de los cuales se habla a continuación.
Elaboración propia

Se observa que cada sistema de clasificación, tiene algo que permite diferenciarlo de los otros sistemas, por ejemplo: El sistema LC además de utilizar símbolos diferentes a los otros sistemas, también tiene categorías del conocimiento diferentes al de Dewey, al CDU y no hablemos de las ramas del saber humano que tiene la clasificación colonada. Sin embargo, podemos observar que tienen algunas características en común, por ejemplo:
  • Presentan el universo del conocimiento en categorías y representadas por símbolos.
  • Tienen la finalidad de dar un orden lógico.
  • En el caso de Dewey, CDU y LC, resulta ser enumerativa; mientras que la clasificación colonada es sintética.
  • Los esquemas (herramientas para realizar la clasificación), representan a detalle las categorías del universo del conocimiento.
  • Incluyen generalidades.
  • Notación, ya sea números y/o letras, símbolos que representan las divisiones principales.
  • Cuentan con índices y tablas que ofrecen diversos puntos de acceso y referencias. 
En sí, el estudio y análisis de estos sistemas resultan importantes no sólo en el área de procesos técnicos, también en las áreas de servicios e incluso en la administración y construcción de las bibliotecas, ya que se debe tener un conocimiento de las áreas y temas que existen dentro del universo del conocimiento humano, las que faltan por crearse y también, encontrar formas en las que se puede aprovechar estos sistemas lógicos para lograr que la comunidad de usuarios a la que servimos encuentre su información rápidamente, además de fomentar al usuario a sumergirse y buscar otras fuentes de diversas temáticas. ¿Cómo podemos lograr esto? Al conocer nuestras colecciones y la forma en cómo organizamos y ubicamos la información de nuestra biblioteca para la comunidad, podemos sugerir lecturas o temas que permitan al usuario acercarse a estos materiales, (un apoyo para alertas bibliográficas y servicios de consulta). En cuánto a la construcción de bibliotecas, me permito tomar un ejemplo.

La biblioteca José Vasconcelos en Buenavista a pesar de tener una catalogación muy buena, las áreas estaban dispersas, no tenían un orden lógico y la recuperación del material era difícil. Matemáticas estaba dividido en el primer piso y el quinto, Literatura se encontraba en medio de Historia; en fin… como usuario uno se podía perder en el laberinto masivo que contenía la biblioteca Vasconcelos. Gracias a un equipo de expertos que realizaron un trabajo titánico, se organizó el material y ahora, la historia es diferente. Se observa que estos sistemas no son sólo para los dedicados trabajadores de procesos técnicos, sino que involucran a cada persona involucrada en la biblioteca.
Para concluir, quiero comentar que la percepción de la bibliotecología como «una carrera donde hay prioridad en los procesos técnicos que se conforman en catalogación, organización y clasificación de grandes unidades de información» es común entre los profesionales, pero por alguna razón la sociedad considera que este «trabajo invisible» es algo fácil de hacer, sin embargo, si tu vas a una biblioteca sin procesos técnicos, el caos se presentará con gran alegría. Por lo que sí, es importante el proceso técnico y sin embargo aunque jamás he demeritado los procesos técnicos dentro de la biblioteca y entiendo su importancia, creo importante destacar que en algunos profesionales esta importancia puede ser exagerada y se descuida mucho la parte de investigación e innovación que puede ayudarnos a mejorar nuestra formación profesional y académica.
Por ejemplo, los estudios e investigación a comunidades, impactos de publicaciones e indicadores bibliométricos, administración, tecnologías aplicadas a la resolución de problemas, etc. Estos aspectos también son importantes para nuestra disciplina y pueden apoyar a construir una imagen que va más allá de las hormiguitas invisibles que ya tenemos ganada.
Reconozco el trabajo de los catalogadores y profesionales en el área de procesos técnicos, pero falta mucho más. No podemos decir que por lograr subir un escalón se nos perdona los otros diez que ya debimos de haber avanzado.
Espero que esta entrada sea útil para apoyar a los profesionales de la información y gracias por leer a Aprendiz de la Información. 


Referencias

Lafuente López, Ramiro. Los sistemas Bibliotecológicos de clasificación. México, UNAM, CUIB, 1993. 112 p.
Biblioinformación. Los principales sistemas de clasificación. Disponible en: http://mariainformacion.wordpress.com/los-principales-sistemas-de-clasificacion/

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